Cuando prescribimos y/o
realizamos ejercicios que impliquen la musculatura abdominal, paravertebral y
lumbar (tanto si sufrimos alguna patología como si no) tenemos que seguir una
serie de criterios:
- Conservar las curvaturas fisiológicas del raquis, es decir, la correcta lordosis cervical y lumbar y cifosis dorsal.
- Realizar preferiblemente los movimientos de forma lenta y con fases estáticas, aumentando así su actividad electromiográfica
- Evitar posturas hiperlordóticas en la región lumbar y cervical, manteniendo el cuello en un posición neutra y evitando un arqueamiento lumbar pronunciado
Teniendo estos aspectos en
cuenta, seleccionaremos los ejercicios que cumplan unos determinados criterios de seguridad y efectividad (López y Rodriguez 2002):
- Que el ejercicio desencadene una correcta actividad muscular, es decir, que consiga activar aquella musculatura que queremos trabajar.
- Que los flexores coxofemorales (Psoas-íliaco) estén inhibidos en la medida de lo posible, ya que la activación de esta musculatura aumenta las cargas en el raquis lumbar (McGill, 2004)
- Que los valores de compresión lumbar estén por debajo de los 3000 Newtons debido a que niveles de compresión mayores son un factor de riesgo en el raquis lumbar (McGill 1998)
Además, como ya hablamos en una
breve entrada (http://goo.gl/1SH7Jy), deberemos realizar ejercicios que nos
exijan un control y estabilización de la musculatura dentro de los 3 planos de
movimiento, sagital, frontal y trasversal (McGill and Karpowiez, 2009).
Teniendo todo esto en cuenta,
como profesionales del ejercicio, nos encontramos ante una infinidad de
variantes posibles dentro de los ejercicios. A nuestra disposición,
encontraremos suficientes recursos para aumentar la intensidad de los
ejercicios, como por ejemplo las superficies inestables (Marshall et al., 2005),
posición de los segmentos corporales (Gretchen et al., 2010) o la duración del
ejercicio (Ekstrom et al., 2007).
Aunque en el mundo del deporte existen
numerosos Big 3, (Wade, Bosh y Lebron en los Miami Heat, Jordan, Rodman y
Pippen en los Chicago Bulls, Parker, Duncan y Ginobilli en los Spurs o las actuales “BBC” y “MSN”) dentro la infinidad
de posibles ejercicios para el CORE, encontramos 3 que cumplen con todas las
características expuestas y además son utilizados dentro del ámbito de la
recuperación y/o prevención de patologías y/o dolor lumbar. Estos ejercicios
son los que el Doctor Stuart McGill expone como su “Big-3” de fortalecimiento y
estabilización espinal y está compuesto por:
2) Side-Bridge, en el cual mantenemos unan posición estática lateral conservando la totalidad de la columna en una posición natural. Este ejercicio cuenta con una baja presión espinal (McGill, 2006) además de promover la mejora de la estabilidad gleno-humeral y, en función de la posición de la pierna, la mayor activación del glúteo medio (Ekstrom et al., 2007). Side-bridge puede progresarse partiendo desde la posición de rodillas flexionadas en el suelo a totalmente extendidas. Además se puede incidir en una mayor activación del oblicuo externo e interno en función de la posición de los brazos y piernas (García-Vaquero, 2012). Completaremos el movimiento por ambos lados realizando una fase de cubito-prono en el cual mantendremos la posición estáticas sobre nuestros codos y una total horizontalidad de la columna vertebral.
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